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Bolivia firma convenio sobre digitalización de medicina tradicional (+Fotos)

Por Jorge Petinaud Martínez | 29/05/2025

Firma del convenio sobre digitalización de medicina tradicional en Bolivia.

La Paz, 29 may (Prensa Latina) La Vicepresidencia de Bolivia y la Asociación de Plantas de la Amazonía y América Latina rubricaron hoy un convenio de cooperación interinstitucional para desarrollar una plataforma digital con proyecciones de inteligencia artificial.

De esta forma, la Vicepresidencia pondrá a disposición de la población una aplicación desde su página web oficial, declaró a Prensa Latina el secretario general de la Vicejefatura del Estado, Juan Carlos Alurralde.

Momento de la rúbrica del convenio interinstitucional.

“A través de la firma de este convenio estamos abriendo un diálogo intercientífico, un puente donde la palabra de los sabios y sabias de la Amazonía se encuentre con la investigación botánica, con la inteligencia artificial y con los laboratorios que buscan las respuestas para la humanidad”, dijo.

La autoridad aseguró que las acciones de este convenio buscan romper las fronteras y reconocen la pluralidad del conocimiento, para fortalecer lo que denominó “geopolítica del Vivir Bien”, en alusión al libro escrito por el vicemandatario del Estado Plurinacional, David Choquehuanca.

En referencia a ese concepto, consideró necesario que la dignidad se mida no por la riqueza que se extrae, sino por la armonía que se cultiva entre todos los seres humanos y la naturaleza, o sea, entre todos los que se alimentan con la leche de la Madre Tierra (el agua). “Cada hoja, cada raíz, cada semilla -consideró-, tiene pues relatos milenarios, tiene sabiduría milenaria que enseña a sanar no solamente el cuerpo, sino también el espíritu”.

Participantes del convenio posan para una foto grupal.

Enfatizó en que “nuestro alimento, como siempre dice nuestro jilata David Choquehuanca, es nuestra medicina. Lo que cultivamos con respeto se convierte en energía, en equilibrio, que nutre la vida”.

Por su parte, el presidente de la Asociación Plantas de la Amazonía y América Latina, Laurent Poulet, destacó que la alianza con la Vicepresidencia de Bolivia no solo tendrá un enfoque científico, sino también divulgativo.

Resaltó que se trata de la democratización del conocimiento, mediante el uso de tecnologías y la inteligencia artificial, que busca acercar esta información al ciudadano común a través de una aplicación que estará disponible en la página web de la Vicepresidencia.

Describió que aquí la población de todo el mundo podrá encontrar un repositorio de plantas medicinales y datos sobre sus propiedades, compuestos químicos, enfermedades para las cuales se utilizan, recetas y contraindicaciones.

El repertorio incluirá las variedades con su uso en diferentes naciones los nombres comunes y científicos, y será una información que cuenta con el respaldo de fuentes científicas, indígenas y populares de varios países de Latinoamérica y el Caribe.

La herramienta tecnológica facilitará el acceso gratuito desde cualquier parte del mundo”, reiteró en su respuesta a esta agencia de noticias.

rc/jpm

Laurent Pierre Poulet: “Queremos sistematizar información sobre mil plantas medicinales”

Entrevista exclusiva acerca de un proyecto muy necesario.

Por Rafael Sagárnaga López | 21/07/2025

Laurent Poulet comparte su proyecto con la prensa boliviana
Laurent Poulet comparte su proyecto con la prensa boliviana

Hace siete semanas, tras un acuerdo con la Vicepresidencia del Estado, el investigador Laurent Poulet consolidó un proyecto de largo aliento: la plataforma interactiva que sistematizará y analizará información sobre las plantas medicinales de Bolivia.

La singular base de datos, cual enciclopedia del siglo XXI, es el fruto de décadas de investigaciones y trabajo de campo que, gracias a recursos como la Inteligencia Artificial (IA), se constituye en un dispositivo que servirá a legos y especialistas en la materia.

En esta conversación exclusiva, Poulet habla del potencial de la plataforma, así como de su particular conocimiento y experiencias.

Juan Carlos Alurralde, secretario general de la Vicepresidencia, y Laurent Poulet
Juan Carlos Alurralde, secretario general de la Vicepresidencia, y Laurent Poulet

Pura Cepa (PC). Durante la cuarentena y ante la falta de medicinas, en las poblaciones alejadas se optó por el uso masivo de hierbas del bosque, con resultados sorprendentes en zonas amazónicas y chiquitanas que dan cuenta de la necesidad de tender nuevos puentes entre los saberes medicinales perdidos y la medicina moderna.

Laurent Poulet (LP). Lo que cuenta me hace recordar que en esos días la gente descubrió los recursos que tenía o consultó a la gente que antes los aplicaba. Resurgieron muchos saberes que se los daba por olvidados. Me impresionó que, justamente en la Chiquitanía, hubo comunidades íntegras que estaban enfermas, pero apelaron al Cutuqui, una planta que es tóxica para el ganado, pero que tiene propiedades medicinales.

Ahí radica uno de los problemas: el efecto medicinal depende de la dosificación. Cuando llamé a mis amigos en Paraguay para decirles que utilicen el Cutuqui (allí se llama Pipí), ellos me decían que estaba loco. Pero un dirigente campesino me contó que en 16 campamentos que no tenían apoyo gubernamental efectivo se había usado la misma planta. No supe cómo habían optado por ella, pero fue impresionante cómo coincidieron con los de la Chiquitanía.

PC. Entiendo que ha recorrido gran parte del mundo e incluso parte de archivos de otros siglos en Europa. ¿Es así?

LP. La antigüedad no tanto, porque es una materia muy amplia, casi de locura. Pero sí trabajé mucho sobre África, Asia y América. Algo interesante de Asia es que hay muchos investigadores y especialistas sobre plantas medicinales que tienen grandes bases de datos. En cada región uno se sorprende y se nutre de nuevos saberes que puede aplicar luego.

Alcachofa en el Herbario de la médica tradicional Simona Janco Choque
Alcachofa en el Herbario de la médica tradicional Simona Janco Choque

PC. ¿Qué ejemplo de esos saberes del Asia sería práctico aquí?

LP. Con literatura de la India, aprendí que las semillas de la coca son un buen insecticida para la agricultura. En Yungas, donde algún tiempo produje café, pude haberla utilizado para las plagas. Se trata de plantas de acá de las que uno encuentra variedades de la misma familia en India, en China o en África, y muchas veces los conocimientos sobre esas plantas son parecidos, porque tienen la mayoría de los compuestos químicos en común.

Otro ejemplo, ellos han avanzado mucho en la identificación de compuestos químicos que bloquean ciertos tipos de células cancerosas. Es el caso de la India, con el Ayurveda y otros conocimientos que tienen miles de años aplicados a las plantas. Sus libros son muy valiosos. Varios de esos saberes que se aplican allá o en África se los puede adaptar aquí. Y se puede intercambiar conocimientos con esos países, aunque en América se halla algo atrasado ese nivel de identificación de los compuestos químicos.

Libros de consulta de la Dra. Ximena Delgado, tarijeña especialista en medicina Ayurveda
Libros de consulta de la Dra. Ximena Delgado, tarijeña especialista en medicina Ayurveda

PC. ¿Qué tan marcada es esa distancia entre la práctica de las medicinas tradicionales y el estudio sistematizado en Sudamérica?

LP. En Paraguay, por ejemplo, se marca una especial contradicción. Por un lado, hay un conocimiento cultural impresionante de la gente. Sin embargo, en todo el campo científico, de investigación de compuestos y demás, se han realizado muy pocos trabajos.

Pero el empoderamiento popular es notable, yo diría que mucho más que en Bolivia. Allá la gente usa muchas plantas medicinales con su tereré. Incluso los jóvenes van donde las vendedoras de yuyos (plantas medicinales), que uno las encuentra cada cuatro o seis cuadras, les preguntan qué pueden añadir a su tereré para aliviar algún dolor o problema de salud.

Curiosamente, al hacer comparaciones uno encuentra algo diferente. Por ejemplo, en Chile hay una medicina muy neoliberal, muy privativa, pero, al mismo tiempo, han clasificado 104 plantas medicinales de las que hicieron detallados estudios científicos, y las utilizan en todo su sistema de salud, algo muy adelantado con relación a otros países del entorno. Es muy diverso este fenómeno en América Latina.

El puesto de hierbas medicinales de Doña Paulina, en la Av. Domingo Paz
El puesto de hierbas medicinales de Doña Paulina, en la Av. Domingo Paz

PC. ¿Qué sitios singulares de medicina herbolaria ha identificado en sus investigaciones? Le pregunto pensando en los callahuayas bolivianos o la Sierra Nevada en Colombia. ¿Nos puede mencionar algunos otros?

LP. En el Cusco, Perú, hay lugares. En Cochabamba también recuerdo a los curanderos de Apillapampa. También, en El Chapare, es impresionante el conocimiento que tienen sobre plantas medicinales los yuracarés. Justamente hay un libro que publicaron una belga y un holandés donde describen y explican las propiedades de 370 plantas usadas por los yuracarés. Recuerdo una de esas plantas que es utilizada de manera parecida a otra similar que hay en la India para combatir el cáncer.

Los callahuayas, que actualmente no tienen la importancia de antes, tienen todo un conocimiento que, para su época, resultaba impresionante. Por ejemplo, ellos son los médicos curanderos que fueron contratados por Ferdinand Lesseps, el francés que construyó el canal de Panamá. En esa obra mucha gente se moría y enfermaba por la fiebre amarilla, el paludismo y muchas enfermedades desconocidas entonces en Europa. Fueron los callahuayas quienes dieron asistencia médica a esas empresas curando a la gente y protegiéndola contra diversas enfermedades.

Claro, hoy con los avances de la medicina queda atrás. Sin embargo, de la herbolaria que he estudiado de los callahuayas tengo registradas cerca de 890 plantas que ellos utilizaban. Una característica que comprendí de su labor es que ellos viajaban e iban recolectando y añadiendo a su conocimiento local plantas de otros lugares. Muchas plantas que ellos aplican no son originarias del territorio boliviano, son plantas introducidas en su herbolaria, rescataron esos saberes y los empezaron a usar.

En la aplicación digital que estamos desarrollando con la Vicepresidencia, también incluimos esos conocimientos callahuayas. Esta aplicación la estoy diferenciando para el usuario con los diferentes conocimientos. Es decir, uno podrá investigar ya sea desde la perspectiva del conocimiento científico académico, o sea, sus propiedades, usos, componentes, etc. Pero también se podrá informar desde la perspectiva del conocimiento popular, que es lo que más hay, y desde la perspectiva del conocimiento indígena. Habrá información de los yuracarés, los sirionós, los de Apillapampa, etc. Es decir, podrán aprovechar esta información desde médicos, botánicos y sociólogos hasta los saberes indígenas y ancestrales, con la historia, a veces milenaria, que implica.

PC. Esto suma las características emocionales y espirituales de las medicinas tradicionales que las diferencian de la medicina moderna, concentrada en los principios activos.

LP. Es como se dice siempre: “Si no confías en la planta, no te vas a curar”. O sea, hasta qué punto son las propiedades medicinales de la planta o es la confianza, la creencia del paciente para curarse. Hay casos de cáncer que se curaron con plantas, pero, ¿fue la lucha de la persona contra el cáncer o fueron realmente las propiedades químicas de la planta?

Aunque también sabemos que ciertas plantas tienen reconocidos compuestos, como los de la Uña de gato, que bloquean la difusión de las células malignas. No es que curan, pero bloquean ciertos cánceres. Eso ya ha sido demostrado en laboratorios de Cuba, Perú y Europa. Muchas personas víctimas de cáncer de seno se curaron con Uña de gato. Es algo que también involucra la relación médico paciente, especialmente en el caso de los indígenas. Por lo general, los médicos recetan, pero no se abren a una relación humana. En cambio, sobre todo antes, había toda una creencia en los curanderos que hablaban y acompañaban al paciente, generando esa confianza en las plantas.

Uña de gato en el herbario de Simona Janco Choque
Uña de gato en el herbario de Simona Janco Choque

PC. Con esta base, cuéntenos las características que tiene el proyecto que está desarrollando.

LP. Es como una gota de agua en un desierto. Si bien he trabajado muchos años en esto y es una pasión, tampoco tengo toda la información. La idea es generar el interés de las universidades, ministerios y sociedad civil. Por ejemplo, hice dos o tres presentaciones en el Viceministerio de Medicina Alternativa, pero no hubo respuesta. Afortunadamente, el trabajo con la Vicepresidencia ya da un cierto nivel, y espero incentivar a que otras instituciones y personas de la sociedad civil nos unamos en una labor investigativa. También, interactuar con los usuarios para que ellos aporten y sumen otros conocimientos.

Empezamos la base con 200 plantas. Sólo ese inicio parece poco, pero tenemos 18 mil filas de datos multiplicados por 24 columnas, o sea, más de 430 mil datos. Es un proyecto gratuito, con un objetivo fundamentalmente educativo. Es información a la que se puede acceder fácilmente, que está publicada en diversos libros, pero con tiraje limitado, por lo tanto, de difícil acceso. No llega a las zonas rurales, se queda en las ciudades hasta como adorno en algunas bibliotecas. Hay que democratizar esta información y hacer que llegue a los usuarios que tienen acceso a esas plantas, pero que desconocen todos sus beneficios.

El convenio con la Vicepresidencia tiene tres años de duraciíon. Esperemos que quienes lleguen a esta instancia tras las próximas elecciones tengan también el interés de continuarlo. En total tengo identificadas más de 25 mil plantas medicinales, pero no resulta práctico poner todas ellas en un solo paso. La gente se perdería con tanta información. La idea es que cada mes añadamos 50 plantas medicinales y, según el interés que vaya surgiendo, llegar a sistematizar información, más o menos, sobre mil plantas.

Son las plantas que he identificado en Bolivia. Claro, hay más, por ejemplo, en la Amazonía norte hay como 800, pero eso podríamos ir investigando y añadiendo. Es el lanzamiento de un pequeño proyecto que puede volverse grande si hay interés y participación de la gente.

Yareta en el herbario de Simona Janco Choque
Yareta en el herbario de Simona Janco Choque

PC. Además de las 25 mil plantas medicinales de su registro personal, ¿ha clasificado otro tipo de plantas? ¿A cuánto llega el total general?

LP. Si sumo las plantas útiles para el campesino, las insecticidas y demás, presumo que deben ser más de 50 mil. Las tengo organizadas en diversos programas. Por ejemplo, sólo el caso de las plantas útiles para la agricultura, que es un simulador de uso, tiene 14 mil plantas distintas. Un subconjunto, por ejemplo, son las plantas insecticidas para la agricultura que suman 1.800 plantas. Y tengo 2.400 plantas para uso veterinario. En el caso de maderas, reuní 1.500. Allí uno se informa sobre la dureza de la madera, cómo crecen, qué diámetro tiene el tronco, etc.

PC. Una gran base para enfrentar los diversos problemas que tienen hoy la Amazonía y la Chiquitanía, ¿cierto?

LP. Para Beni y Pando, tengo preparada una base de datos de 940 plantas de uso económico. No es la base de plantas útiles, sino de plantas para reforestar. Al campesino no se le puede dar plantas de reforestación que no le aportan nada. Quizás aporten para biólogos o para ambientalistas, pero si para el campesino no hay ingresos pecuniarios que le aporten algo, será difícil que se interese.

Entre esas, hay 140 que son resistentes al fuego. Se puede hacer cortinas rompe fuego con ellas y sembrar atrás las que dan frutos, forraje para vacas, abono, las melíferas, etc. Son las que pude estudiar. Otro problema en Bolivia son los pocos estudios en regiones como el norte del Itenez, Magdalena, San Ramón, San Joaquín y algunos lugares de Pando. El propio director del Herbario Nacional me contó de la falta de estudios que hay. Yo he trabajado mucho con información de Embrapa (la agencia Brasileña de Investigación Agropecuaria) sobre las regiones de Acre y Rondonia, limítrofes con Bolivia.

A ello añadí mis propias investigaciones porque soy comunario también de esas regiones en el lado boliviano. Así, al leer la bibliografía brasileña descubría que también teníamos esas plantas aquí. Hay un conocimiento científico en Brasil muy desarrollado y que también deberíamos tomar en cuenta.

Anís estrellado, semillas de airampo y jamaica seca
Anís estrellado, semillas de airampo y jamaica seca

PC. Bases de datos, programas, IA. ¿Cómo interviene en este proyecto la tecnología?

LP. Estoy sistematizando recetas de muchos libros y conocimientos diferentes. Además, surgen ciertas dificultades que se pueden superar. Por ejemplo, la guayaba puede tener 50 recetas diferentes, pero muchas de ellas parecidas. Entonces la IA que estamos armando es como una súper secretaria que se alimentará con mis datos, por lo que el resultado será más fiable, no como usar datos de la red donde hay sitios con información muy controversial. Uno de los problemas que afectan al estudio de las plantas medicinales es que mucha gente dice cualquier cosa sobre ellas.

Las plantas medicinales son fantásticas, pero cuando aparece gente prometiendo milagros y cosas increíbles sin mayor respaldo, se cae en el sensacionalismo y eso desacredita su valor. Mi desafío es hacer del conocimiento indígena algo a la vez científico y popular, y la IA ayudará a analizar todo ese material para que el usuario tenga algo práctico. Cuando alguien le pregunte qué se puede hacer para “x” problema de salud, ella responderá algo a medida y evitará búsquedas engorrosas. Igual, cuando alguien no conozca muy bien la enfermedad que le afecte, la IA le ayudará a hacer una clasificación que le oriente.

Sólo la papaya, por ejemplo, tiene como 150 compuestos químicos diferentes. Un especialista que conoce su importancia podrá especificar mejor su búsqueda a través de la IA.


Laurent Pierre Poulet

es francés, pero bien podría decirse que es un ciudadano del mundo y especialmente de América Latina por su vasta experiencia y activismo. Ha participado activamente en proyectos sociales en diversas zonas del planeta y también ejerció la diplomacia en su condición de cónsul de Paraguay en Bolivia. Sin embargo, su gran pasión de toda la vida fueron los proyectos agroecológicos. Por ello se define esencialmente como naturalista.